El vino es extraordinariamente complejo, pero existen varios compuestos que son básicos en su composición y que nos sirven para simplificar el entendimiento de este gran producto.
Muchos de esos componentes lo forman proporciones ínfimas, que aun así son capaces de afectar, sobre todo, a los aromas. En concreto, puede llegar a existir cerca de 1.000 componentes dentro de una botella de vino.