Es curioso como el mundo del vino reformula sus bases comerciales tradicionales cuando llegamos al apartado de enoturismo.
Las bodegas vecinas siempre han sido competencia cuando se trata de vender botellas de vino, pero un día las bodegas decidieron vender servicios, y cuando se trata de experiencias, nuestras bodegas vecinas se convierten en nuestros mejores aliados, para crear una experiencia de destino que el visitante recordará, para bien o para mal, con nuestra bodega incluida en ese recuerdo.