Riesgo de homogenización en Enoturismo

Riesgo de homogenización en Enoturismo. Diferénciate y no ofrezcas lo mismo que las demás bodegas ... Por

El enoturismo tiene una demanda creciente, ya que en la era post-pandémica los consumidores buscan más experiencias al aire libre en zonas rurales. Y por ello, se ha producido una creciente demanda de experiencias auténticas.

La creación de experiencias diferentes conlleva un profundo estudio de nuestro público objetivo. Y para ello se necesitan obtener datos de distinta naturaleza sobre el cliente ideal:

• Datos sociodemográficos: Sexo, edad, índice socioeconómico, lugar de residencia, tipología de familia.
• Datos sobre comportamiento: Uso de internet, que redes sociales utiliza y su actividad tipo de ocio preferido, medios de comunicación más utilizados, aficiones…
• Datos sobre actitudes: Principales necesidades a cubrir dentro de la categoría del producto, cómo valora su bienestar general, su éxito en la vida, a qué obstáculos se enfrenta en el día a día, intereses, preocupaciones, sistema de prioridades, perspectivas, motivaciones, …

El visitante no busca un simple viaje pasivo, sino convertirlo en una experiencia única, irrepetible, invitando a participar en diferentes actividades

Toda esta información permite crear el buyer persona, que se refiere a un estereotipo de consumidor ideal para una marca o categoría de producto o servicio.

Podemos categorizar este tipo de turismo en enoturismo de diferentes maneras como de aventura, gastronómico, con alojamiento, cultural, al aire libre, con juegos, en pareja, de familia, etc.

Desde este punto de partida será más fácil crear experiencias que emocionen, hacerle vivir al enoturista situaciones que le hagan vibrar haciéndole partícipe activo de la actividad enoturística. El visitante no busca un simple viaje pasivo, sino convertirlo en una experiencia única, irrepetible, invitando a participar en diferentes actividades. Mostrar la bodega y contar el proceso de producción ya lo hacen muchos y aburre.

El enoturista quiere aprender, y para ello es necesario contarle historias. Al viajero, además del vino, le gusta adquirir un conocimiento profundo del establecimiento: Su historia. Pero no vale cualquier tipo de historia, debe ser una historia emocionante. Súmale actividades donde participe y se integre con la experiencia. El turista se convertirá en un futuro prescriptor de la marca y su experiencia.

Diferénciate y no tengas miedo a innovar, en palabras de Steve Jobs "mucha gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas", así que arriésgate a crear nuevos servicios de futuro y muéstralos, poco a poco serán demandados.

No improvises visitas "sobre la marcha", crea un plan pormenorizado, rentable y síguelo. Busca que tu plan incluya una ventaja competitiva para diferenciarte y que, además, pueda ampliar tu mercado potencial. Crea tu customer journey que engloba todas las fases por las que pasa una persona desde que identifica que tiene una necesidad hasta que adquiere un producto o servicio para solucionarla.

Recuerda que la captación del viajero como cliente comienza desde el primer momento en que se pone en contacto con el establecimiento. En este proceso de decisión es clave la percepción que toma de nosotros por medio de nuestra web (imagen que transmitimos), por email, o cuando nos lee o interacciona con nosotros en redes sociales o incluso si llama por teléfono para recibir información o para reservar y muy importante si puede comprar directamente, facilitándole la gestión de su viaje. 

Los amantes del vino buscan nuevas experiencias en torno a este producto, por lo que siempre podrás crear algo único y original con las posibilidades de tu empresa. Algo diferente a todo lo que puedan mostrar las de tu entorno, ya que estará impregnada de la personalidad de tus vinos, bodega y viñedos. Mira a tu alrededor y piensa en potenciar visitas guiadas, catas de vino, recorridos por los viñedos a pie o en bici, maridaje, convertir al cliente en enólogo por un dí, teatraliza tu historia …. ¡Las posibilidades son muchas!

Asocia tus actividades enoturísticas a los recursos locales de gastronomía, paisaje y patrimonio, reinterpretar los recursos endógenos como capital turístico orientado a consumidores diferenciados. (De Jesús-Contreras, D., Thomé-Ortiz, H., & Medina, F. X. (2020)

El enoturismo atrae a visitantes que aman el vino, y muchos están dispuestos a adquirir los productos de la bodega, luego de hacer un recorrido por la misma. Los viajeros deben recibir asesoría especializada, que los ayude a apreciar los aromas del vino, la sensación en boca y, disfruten de la experiencia sin exceso de tecnicismos, según el nivel de cada grupo y les asesoren para comprar los mejores vinos según sus preferencias.

No pierdas tu esencia en tu proceso de innovación y diferenciación, te hace único ante los ojos del enoturista.

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