Cómo afecta el cambio climático al vino
Imaginaros que nos encontramos en el año 2040 en un restaurante y para beber os apetece un vino blanco, pero... ¡Sorpresa! Os informan que no tienen existencias de vino blanco.
No imaginéis mucho porque esto podría llegar a ser una realidad en un futuro no muy lejano.
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Las consecuencias del cambio climático en la viticultura
Esta situación, que actualmente nos puede parecer atípica, será en un futuro, no muy lejano, muy normal porque el cambio climático es una de las mayores amenazas medioambientales a la que se enfrenta la humanidad y el sector agrícola será el más perjudicado.
El cambio climático está cambiando el mapa de la producción vitivinícola y alterando los sabores
Los cambios climáticos han existido desde el inicio de la historia de la Tierra, algunas veces han sido abruptos y otras veces fueron graduales, pero siempre han sido por diferentes causas, aunque actualmente se cree que la principal razón es la intensificación del efecto invernadero.
Bien es sabido por todos, que estamos viviendo una situación crítica y sobre todo en la agricultura. Las temperaturas extremas, los deshielos, las precipitaciones y el dióxido de carbono hacen que el cambio climático sea un tema urgente que tratar. Por ello, el estudio de los efectos del cambio climático global podría ayudar a prevenir y adaptar adecuadamente el sector agrícola para, de esta forma, maximizar la producción en la agricultura.
Las heladas de primavera, el calor extremo y la seguía están causando pérdidas de producción, por ello, es importante amoldarse a estas nuevas circunstancias. Por ejemplo, debido al aumento de las temperaturas muchos viticultores están adquiriendo terrenos en zonas frías donde antes era impensable plantar viñedos.
Cierto es que, el cambio climático está cambiando el mapa de la producción vitivinícola y alterando los sabores a los cuales estábamos acostumbrados. Y no nos asustemos si en un futuro, los vinos provienen de tierras donde antes era impensable su producción, ya que la vid es una planta muy sensible a las variaciones meteorológicas.
También, el cambio climático afecta a la graduación alcohólica que está subiendo progresivamente, cuando el mercado requiere vinos más ligeros y esto es debido a las extremas temperaturas. Por ello, es posible que en un futuro los sabores de los vinos cambien y las áreas de producción vitivinícola sean distintas a las actuales.
El cambio climático es una de las mayores amenazas medioambientales a la que se enfrenta la humanidad y el sector agrícola será el más perjudicado.
En definitiva, hay que estar preparado para el nuevo escenario climático que está por venir, ya sea a través de una mayor inversión en I+D o con la compra de tierras en mayores altitudes para garantizar la continuidad de un vino de calidad.